Cómo evitar las leyes de Murphy como director general

06.07.2020

Escrito por Tudor Mardari

Cómo evitar las leyes de Murphy como director general

"Si algo puede salir mal, saldrá mal ", afirmó Ed Murphy, un ingeniero estadounidense.

Más tarde se le fueron añadiendo cada vez más ideas, manteniendo el nombre genérico de "Leyes de Murphy", todo ello con sentido del humor.

Hoy en día, todo lo que se correlaciona con la idea de Murphy se ha convertido en un conjunto de máximas que envían un único mensaje: cualquier actividad es riesgosa y
el daño se sentirá cuando menos lo esperes.

¿Cuál es la conexión entre esta ley y la actividad directiva de un director? El riesgo, cuando no se cuenta con un plan B ni con las habilidades para superar una crisis, es algo que un director siempre debe afrontar al asumir un cargo de este tipo. Él es a quien el personal admira, quien toma las grandes decisiones y el único que asume todas las consecuencias.


Los riesgos a los que puede enfrentarse un director son los siguientes:

- Estar siempre corto de tiempo;

- Las actividades en su empresa no están estructuradas, lo que conlleva a la incapacidad de gestionar el proceso de trabajo;

- El equipo no lo seguirá y siempre tendrá qué decir en contra de sus ideas;

- No podrá demostrar la eficiencia del proceso de gestión ni hacer frente a sus múltiples responsabilidades;

- Las cosas se le escaparán de las manos;

- No podrá desarrollar el equipo, elegir buenos integrantes y despedir a los ineficientes.

Estos riesgos, por triviales que parezcan, pueden perturbar la actividad de toda la empresa o del departamento que dirige el director.
El caos es algo que avanza imperceptiblemente y empieza a destruir la empresa desde dentro. Por eso, un director nunca puede permitir que las cosas se descontrolen . La disciplina y la planificación son sus únicas salvadoras.

¿Cómo asegurarse de que no sean
un ejemplo que confirme las leyes de Murphy? Un buen director debe aprender de otros grandes directores, prepararse para situaciones de fuerza mayor y saber cómo superar ciertos momentos de crisis dentro de la empresa.

El puesto de director suele ser más complicado que el de emprendedor, debido al
dueño del negocio, que espera el doble de resultados. Además de la presión general del trabajo, uno tiene un jefe desagradable que siempre pide más y nunca está satisfecho.

Si sientes que la Ley de Murphy te afecta,
¿quizás sea hora de cambiar algo? Quizás sea hora de demostrarle a tu jefe que, en tu empresa, nada inesperado ni desagradable puede ocurrir, porque eres tú quien anticipa estas situaciones.

¿Estás
listo para romper las leyes de Murphy?

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